Empezaremos este artículo contestando directamente a las preguntas que algunas de nuestras pacientes nos dicen:
NO, no es normal que duela en las relaciones.
NO, no es normal que me duela al introducirme un tampón.
NO, no es normal que note molestias continuas en la vagina.
¡Muchas mujeres no saben que lo padecen, y al ser una patología progresiva va poco a poco aumentando las sintomatologías afectando seriamente la calidad de vida de la paciente!
¡NO esperes más y encuentra lo que es NORMAL! =)

¿¿¿Qué significa Vaginismo???
El vaginismo es una afectación de la musculatura superficial del suelo pélvico, caracterizada por la contracción brusca o continuada de dicha musculatura. Esta peculiaridad provoca el cierre parcial o total de la vagina, incapacitando las relaciones sexuales o provocando mucho dolor en las mismas (conocido como DISPAREUNIA).
Afecta principalmente a mujeres, entre 25 y 35 años y a partir de los 50 años.
¿Por qué se da?
No existe una etiología clara de por qué una mujer puede llegar a padecerlo, pero si está relacionado por diversos factores, tanto físicos como psicológicos, tales como:
-Endometriosis.
-Tras una histerectomía.
-En la menopausia.
-Inflamación de la pelvis.
-Dolores pélvicos recurrentes.
-Por comprensiones continuas de la musculatura: como uso excesivo de tampones, el anillo, o el DIU, entre otros. Al igual que ciertas posturas mantenidas en oficina, que no favorecen la relajación de la zona.
-Estenosis vaginal.
-tumores pélvicos o miomas.
-Carúnculas uretrales.
-Traumas directos como la episiotomía o desgarros mal curados o rigidez en el himen.
-Problemas psicológicos: En muchos de los casos va asociados a un factor psicológico de la paciente ya sea por:
-Estrés y la frustración del día a día.
-Nerviosismo.
-Experiencia traumática con las relaciones o de vivencia personal.
-Autoimagen negativa de una misma o miedos.
-Estados de ansiedad o depresivos alargados en el tiempo.
No quiere decir que si tengo alguna de las patologías anteriores tenga que tener vaginismo; Sólo que puede ser más probable que presente contracciones involuntarias a nivel vaginal, y tendría que tenerlo en cuenta si llego a notar ciertas sintomatologías de dolor y no encasillarlas como: “es NORMAL”, “siempre me ha pasado entonces no hay problema”…etc.
El principal problema en el que se enfrentan las mujeres que lo padecen es el circulo vicioso del dolor, ya que si existe dolor se contrae más la musculatura, al contraerse más nos duele más y así continuamente.
¿Tiene tratamiento?
SI!!! Destacando la importancia de un trabajo multidisciplinar entre un psicólogo, si los problemas vienen por factores traumáticos a nivel psicológico, y un fisioterapeuta especializado en el campo de la pelviperineología.

¿En qué consistiría el tratamiento fisioterápico?
Lo primero de todo es una VALORACIÓN y ANAMNESIS de la paciente, para ver en qué estado se encuentra y conocer las experiencias físicas o quirúrgicas que haya podido padecer la paciente.
Tras la valoración existen diversas técnicas combinadas y progresivas que favorecen la recuperación y la disminución del dolor, asociado a una patología denominada DISPAREUNIA.
Dichos tratamientos buscan como objetivo:
-Toma de conciencia de la musculatura: Mediante ejercicios propioceptivos de la musculatura del suelo pélvico, ya que para saber relajar un músculo o contraerlo tenemos que conocer y concienciar en qué estado nos encontramos, para saber diferenciarlo de la tensión muscular. Para ello existen técnicas manuales tanto externas como internas de la musculatura, guiadas por el fisioterapeuta, al igual que medidas electroterápicas para la toma de conciencia muscular.
-Relajación de la musculatura superficial y media del suelo pélvico: Mediante respiraciones diafragmáticas que disminuyan la tensión abdominopélvica e hipopresivos ayudamos a la relajación involuntaria de la musculatura. De forma más directa la aplicación del INDIBA-activ, tanto externa como intracavitaria, se ha demostrado que mejora especialmente la disminución de los puntos de tensión internos de la musculatura del suelo pélvico, ejecutando a la par estiramientos localizados.
-Aumento progresivo del canal vaginal: Mediante maniobras de la musculatura pélvica y uso de dilatadores, se favorece el aumento del diámetro vaginal.
-El apoyo con la pareja, si la hubiera, cursa un papel importante en estos casos, para ayudar a integrar la sexualidad en la paciente y aconsejar de posturas específicas que puedan reducir la sensación de dolor y poco ir rompiendo ese círculo de dolor y por ende de contracción involuntaria.
¡Si tienes cualquier consulta, no dudes en preguntarnos! ¡Estaremos encantadas de poder ayudarte y acompañarte en tu proceso de recuperación ante el Vaginismo!