Blog & News, FISIOTERAPIA, Sin categoría

CONDROMALACIA ROTULIANA

Cuando estamos creciendo es un “alivio” saber que el dolor de rodillas se debe simplemente a eso, a hacernos grandes, ¿eh?
Pero a medida que vamos haciéndonos aún más grandes (pre-vejez), las rodillas van doliendo y ya no tenemos excusa. 

El sobreuso, traumatismos de repetición, una rótula desalineada, desequilibrios musculares… todo influye a la hora de sumar papeletas para lesionarnos, en este caso, el cartílago.

Ten en cuenta, que el cartílago es un tejido de tipo conectivo que se encarga de recubrir superficies óseas en una articulación; al final, si no puede hacer bien su función o recibe más presión en unos lados que en otros, seguramente empiece a deteriorarse más rápidamente.


En concreto, en la condromalacia rotuliana, se produce una degeneración del cartílago que recubre la parte posterior de la rótula.

Recuerda que la rótula está incorporada al tendón del cuádriceps, actúa como punto de apoyo (aumentando el brazo de palanca de éste). Protege los tejidos más profundos de la rodilla y sirve de guía de las fuerzas ejercidas sobre la rodilla.

De ahí la importancia de tener una buena musculatura y sobre todo, equilibrada.

Normalmente el vasto externo del cuádriceps es más potente que el vasto interno, si esto es así, si constantemente tira más una porción, la rótula no se encontrará bien posicionada anatómicamente hablando.

Imagen de Juan Arnal- traumatólogo

A medida que el cartílago se va desgastando, con el tiempo, el roce entre superficies óseas se hará más directo

Como en todo, el grado de dolor dependerá también del grado que tengamos ( I, II, III o IV) y esta clasificación nos indica cuánto de grave es el desgaste de este cartílago.

Este diagnóstico, por supuesto, os lo indica un traumatólogo, con sus correspondientes pruebas radiológicas.

El paciente lo describe como una mayor sensibilidad en la rodilla, algunas veces le “chirría», se resiente más al subir o bajar escaleras o al levantarse (si llevaba mucho tiempo sentado), por ejemplo.

Sabemos bien que los pacientes mejoran mucho si se FORTALECEN las piernas, haciendo hincapié en el vasto interno (habría que valorar el caso de cada paciente)

Un ejemplo sencillo para hacer en casa serían estos 4 típicos ejercicios:

Imagen pinterest

También sienten mejoría si se descarga la musculatura y se libera la presión subadyacente, si se ayuda a reducir inflamación activa… (Indiba-Activ, terapia manual)

Una buena exploración física puede que nos lleve también a encontrar puntos gatillo activos que estén irradiando a la rodilla (la punción seca es un aliado) o una mala alineación pie-rodilla-cadera.

Puede complementarse de un vendaje correctivo, incluso.

Todo esto, ya sabéis, son ideas, por supuesto mejor  guiado y aconsejado por vuestro fisio de confianza.

Si es tu caso, podemos ayudarte😙

Blog & News, CURIOSIDADES, FISIOTERAPIA

¿QUÉ ES LA PATA DE GANSO? ¿puede ser el origen de mi dolor en la rodilla?

¿Por qué se llama Pata de ganso?

Este nombre tan gracioso hace referencia a la unión miotendinosa de tres músculos, los cuales conforman de manera simultánea en la cara medial de la rodilla, justo debajo de la rótula, en el borde interno de la tibia. Los anatomistas le pusieron ese nombre debido a que se asemejaba a la forma membranosa que tiene el ganso en sus patas.

Estos tres músculos son:

-El sartorio: músculo que discurre por la cara anterior del cuádriceps. (Conoce más sobre este músculo en nuestro post)

-El recto interno: músculo que pertenece a la musculatura anterior y medial del cuerpo.

-El semitendinoso: Músculo que pertenece a la musculatura isquiotibial.

¿Puedo tener una tendinitis de la pata de ganso?

Por supuesto, de hecho es una patología muy típica de rodilla, especialmente en corredores, considerándose un lesión deportiva inflamatoria de la rodilla. Esto es debido a la sobrecarga de la musculatura a la hora de activar los miembros inferiores, provocando una fricción de la bursa e irritación de los tendones.

Aún así, también esta tendinitis puede estar asociada a otras molestias del tipo lumbar, una mala pisada, una desviación mecánica de rodillas o pelvis, problemas pélvicos o incluso relacionado con problemas urogenitales en mujeres y hombres, por su relación con el sistema visceral pélvico.

¿Cúales son los síntomas que puedo presentar?

El síntoma que más caracteriza esta patología es el dolor localizado en el borde interno de la rodilla. Este dolor al inicio puede ser sólo al comenzar la actividad deportiva, disminuyendo su sensación tras el calentamiento, pero al finalizar la práctica deportiva podemos volver a notar el dolor. Cuando la tendinitis pasa su fase aguda, se puede observar en mucho de los casos que el dolor se vuelve constante, independientemente del ejercicio.

Otro de los síntomas que presenta es la molestia ante la presión o el roce de la rodilla en su parte interna, asociada a veces con una inflamación localizada o aumento de la coloración y temperatura de la zona.

¿Tiene tratamiento?

Siii!! Lo primero de todo sería realizar un correcto diagnóstico de la tendinitis de la pata de ganso, observando el origen por el que ha podido ocurrir la patología y si está asociado a otras lesiones.

Las técnicas que más se utilizan en esta patología aplicadas por el fisioterapeuta son:

Terapia manual con el fin de liberar la musculatura, mediante descarga de, no sólo los tres músculos implicados, si no también todo el miembro inferior y pelvis.

Técnicas osteopáticas, para reequilibrar las estructuras y articulaciones afectadas, sobre todo si viene como consecuencia de un síndrome del corredor.

Radiofrecuencia Indiba-activ: es una de las técnicas que se ha observado que disminuye notoriamente la fase aguda de la lesión, y por tanto el número de sesiones para la pronta recuperación en deportistas. Así mismo asiste a la disminución de la inflamación y al aumento de vascularización de la musculatura sobrecargada.

Técnicas miofasciales, para liberar posibles adherencias en zona fascial.

Punción seca, ya que ciertos grupos musculares implicados, si presentan puntos gatillo latentes o activos promueven la aprición del dolor de rodilla.

-Kinesiotapping: el vendaje neuromuscular aplicado en la rodilla favorece la descarga ante la práctica deportiva, como el alivio del dolor superficial ante la fricción de la zona.

Estiramientos progresivos de los miembros inferiores.

En función de los signos del paciente se aconseja a la vez el uso de crioterapia localizado, para ayudar a la disminución de la inflamación, y también un estudio de la pisada llevado a cabo por un profesional, ya que el apoyo plantar en la marcha o el calzado afectan indirectamente en esta lesión.

Si te has visto identificad@ por esta lesión, ya sabes! Acude a tratarte, evita que una lesión se cronifique o que impida poder disfrutar de las actividades deportivas al aire libre!!=)

Blog & News, FISIOTERAPIA

SINDROME RODILLA DEL CORREDOR

Este síndrome responde comúnmente a una lesión típica del corredor, la patología se focaliza en la cintilla iliotibial. Aunque el síndrome hace referencia a los corredores (principiantes o corredores de media y larga distancia), no sólo les afecta a ellos, otros deportistas como ciclistas, remeros o aquel deporte que implique un gesto repetitivo de la rodilla, serán más propensos a sufrirlo.

Si alguna vez lo has padecido sabrás reconocer fácilmente sus signos: un dolor punzante (o ardor) en la parte lateral de la rodilla, que incluso a veces se extiende por la parte inferior de la rótula. La molestia aparece de forma progresiva hasta el punto de hacer parar al deportista.

Recuerda que la cintilla iliotibial recorre todo el lateral del muslo (pegado al vasto externo del cuádriceps) y que forma parte del músculo tensor de la fascia lata. Si echas mano de un atlas de anatomía, verás dibujado una franja blanca en el lateral de la pierna. Es grande, ¿verdad?

Conforme a la lesión, ésta está provocada principalmente por sobreuso; el cómo están dispuestos el tensor de la fascia lata y su cintilla iliotibial en el momento de flexión-extensión de la rodilla también son culpables. Y es que un roce continuo más un desequilibrio muscular, se va a provocar una fricción constante sobre un saliente óseo que tenemos en la rodilla: el epicóndilo lateral. Ya sabes, un tejido blando rozando con uno duro, no pinta bien, y como mínimo va a deteriorarse, inflamarse la zona, y con ello desencadenar dolor.

Hay otros factores, aparte de los anatómicos, que pueden provocar la lesión: correr sobre un terreno inestable, en grandes pendientes de bajada, con un calzado inadecuado, sobre una calzada dura o todo lo contrario, sobre superficies muy blandas son algunos de ellos.

Ten en cuenta que la cintilla ayuda en la estabilización de la cadera y de la rodilla, y esa variedad de terrenos con una carga desproporcionada van a necesitar de una estabilidad extra. Por lo tanto, músculo y tendón estarán más sobre solicitados, y sin las condiciones adecuadas son sensibles de lesión.

Desde nuestra clínica de fisioterapia podemos ayudarte con: masoterapia y estiramientos (mantener el músculo en sus condiciones idóneas), INDIBA (disminuir inflamaciones y recuperación celular), osteopatía (reequilibrar posibles disfunciones estructurales), punción seca (liberar puntos gatillos existentes en cuádriceps, tensor y glúteo), movilizaciones (liberar presión de la zona), vendaje (si fuera necesario) y ejercicios.

Por supuesto, si con todo esto la lesión persiste te recomendamos acudir a un traumatólogo para valorar posibles alternativas.

Resumiendo:

  • La cintilla roza con saliente óseo.
  • Tensión muscular y lesión localizada
  • Los corredores son más propensos.
  • ¡Ojo al calzado que llevas!
  • Cuidado con los terrenos sobre los que corres
  • ¡PODEMOS AYUDARTE CON TU LESIÓN!