Fisioterapia Deportiva

La fisioterapia dentro de este campo consiste en la recuperación del paciente ante lesiones  que comúnmente son producidas por actividades deportivas.

Una lesión se produce por distintos motivos, pero en estos casos influyen algunos factores como pueden ser: terrenos inestables, caídas, sobrecarga muscular, no calentar ni realizar estiramientos, sobrepasar la carga física, golpes, impactos con otros jugadores, etc.

Es importante nuestra labor para la prevención de éstas, así como para la readaptación del paciente a su gesto deportivo sin dolor, mediante estiramientos, movilizaciones, terapia manual, INDIBA, ejercicios, etc.

 Las lesiones que más se producen son:

-ESGUINCE: ante una torcedura, una mala pisada, una posición forzada de una articulación, los ligamentos pueden sufrir una distensión o “estiramiento”. Dependiendo del grado de la lesión (I, II, III) puede producirse una inflamación, hematoma (si se ha roto algún vaso/capilar), limitación de movimiento, dolor, calor en la zona, etc. Incluso, si la fuerza sometida al ligamento es excesiva y se rompe, puede haber desplazamiento de las estructuras óseas que forman la articulación (luxaciones)

Esguince de tobillo y de rodilla son los más comunes

-ROTURA FIBRILAR: esta lesión afecta al músculo y a sus fibras en sí, debido a un contracción brusca, una elongación excesiva o simplemente porque hemos forzado al músculo. Suele afectar más al tren inferior, como es típico “el disparo” que sentimos en gemelos, sóleo, isquiosurales, adductores o cuádriceps. El propio deportista puede sentir como no puede contraer o estirar sin dolor e incluso visualizar un hematoma (no siempre se acompaña)

La gravedad de la lesión influirá proporcionalmente en el tiempo de recuperación de ésta. De ahí la importancia de respetar los tiempos de recuperación y una adecuada rehabilitación si no queremos recaer.

-TENDINOPATÍAS (TENDINITIS -TENDINOSIS): esta patología se asocia a un sobreuso del propio tendón, quizá por desequilibrio postural o por problemas en el tono de su correspondiente músculo, que conlleva inflamación del mismo e incluso, si es una lesión mantenida, puede provocar su degeneración.

La práctica de ciertos deportes mediante gestos repetitivos, de impacto o la ausencia de calentamiento previo, suele inducir a la lesión de esta estructura blanda. Seguro que habrás oído hablar de estas tendinopatías:

EPICONDILITIS (CODO DE TENISTA): afecta principalmente a personas que realizan de forma frecuente y continuada movimientos que impliquen gestos de extensión codo-muñeca, como es el tenista al realizar el revés por ejemplo.

SINDROME DEL CORREDOR: aunque depende de las limitaciones del corredor suele haber una sensación de quemazón en la cara externa de la rodilla debido a que la cintilla iliotibial se inflama a causa del roce repetitivo en su inserción.

TENDINOPATÍA ROTULIANA (RODILLA DEL SALTADOR): esta lesión que se acompaña con inflamación de la rodilla, sensación de inestabilidad e imposibilidad de flexionarla sin dolor es producida básicamente, aparte de por desalineaciones tobillo-rodilla-cadera, por microtraumatismos que se producen, por ejemplo, al correr sobre una superficie dura con un calzado inadecuado o por saltar de forma repetitiva. De ahí su nombre.