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MASAJE ABDOMINAL

La sociedad actual en la que vivimos, nos impone un tren de vida que imposibilita muchas veces escuchar nuestro cuerpo. El estrés asociado, una alimentación no del todo adecuada, el no dedicarnos el tiempo apropiado, etc pueden influir en nuestro sistema digestivo y con él problemas asociados, como en este caso: el estreñimiento (señalar que para hablar de estreñimiento estaremos entorno a menos de 3 deposiciones a la semana).

A veces no hay que llegar al extremo de cumplir “esa regla” y sentimos hinchazón, digestiones pesadas y lentas o una acumulación excesiva de gases.

El masaje enfocado al vientre o al abdomen va ser muy útil para poder minimizar todo estos problemas.

En general ya conocemos los beneficios que nos aportan los masajes, si bien te queremos resaltar cuales son de manera específica cuando de un masaje abdominal se trata:

  • Mejora la digestión y evacuación (defecación)
  • Fortalece la musculatura profunda
  • Favorece la motilidad intestinal
  • Rompe adherecnias cicatriciales
  • Estimula la función visceral adyacente.

Lo ideal es que sea nuestro fisioterapeuta de confianza quién nos lo realice, pero a grandes rasgos queremos que tú seas capaz de realizar un automasaje para esos momentos en los que no es posible acudir a la clínica, o estás fuera, de viaje.. etc

Permítenos darte unas recomendaciones antes de comenzar con ello:

  • Es mejor esperar 2 horas después de la comida para realizarlo (no vaya ser que hagamos el efecto contrario y se produzca una malestar general o incluso el vómito por estar “recién comido”)
  • Bebe un vaso de agua antes del masaje. El agua va facilitar los movimientos a la vez que puede ir “depurando” la zona.
  • Bebe también  agua a lo largo del día. Esto ya como hábito saludable.
  • No ejerzas una presión excesiva.
  • Si encuentras bultos o masas que NO se mueven NO apliques más presión sobre ello y mejor acude a un profesional por si hubiera que descartar algún tipo de anomalía. No te desanimes, has hecho un buen trabajo de exploración y prevención 😊 pero hay que delegar en otros.
  • Si todo está en orden “lo normal” es colaborar con la motilidad intestinal, ésta va en sentido de las agujas del reloj (hay gente que ese ritmo/sentido lo tiene cambiado)
  • Existen posturales facilitantes y relajantes, como es acostarte sobre el lado izquierdo y ejercer presiones hacia esa cadera. Te recomendamos que lo hagas post masaje.
  • El ejercicio físico también colabora con el tránsito intestinal.
  • Posición cómoda (vas a estar más o menos 20 minutos), boca arriba.

En sí la técnica busca estimular las diferentes partes del colon (ascendente, transverso, descendente) mediante presiones suaves, que irán aumentando la presión de forma progresiva.

PASOS:

-Prepara la zona con pases en círculo (hacia la izquierda, como un reloj). Puedes usar un poco de crema para hacer que deslice mejor.

Introduce la vibración: mismo movimiento, misma dirección pero esta vez aplicando movimiento vibratorio producido con nuestros dedos y la mano en tensión. Buscamos movilizar la zona, estimularla  y “calentarla”

-Estimular con presión. Para esto necesitamos comprender primero que si existe una acumulación en el tramo final (colon descendente) se va a producir un atasco si de primeras empezamos a mandar todos los desechos desde nuestro lado derecho (colon ascendente) y horizontal (colon transverso). Por ello comenzamos con presiones descendientes en el lado izquierdo: desde última costilla izquierda  hasta cresta iliaca  izquierda (ayudamos a “vaciar” la zona). Nos colocamos ahora en la franja horizontal y abordamos presiones desde debajo de costillas derecha hasta costilla izquierdas. Por último facilitamos el ascenso ejerciendo movimientos desde la cresta iliaca derecha hasta la costilla inferior derecha. Repetimos mínimo 8-10 veces.

Más profundo, más presión: una vez ayudado a mover los desechos, podemos realizar una presión más profunda para colaborar con el tránsito. Empezamos por el lado derecho, subimos, vamos a la izquierda (franja horizontal) y desde ahí descendemos para acabar en la cresta izquierda. Puedes estar 5 minutos realizándolo sin problema. ¡OJO! No debes notar dolor. Si encuentras una zona más dolorosa, puedes rebajar la presión y focalizar movimientos suaves sobre ello.

¡Bien hecho! Disfruta de tu momento de relajación :), el WC te llama

ESPEREMOS SEA DE TU AYUDA, SI TIENES DUDAS, PUEDES CONTACTARNOS 🙂

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ESTIRAMIENTOS

Cuántas veces habremos oído: “hay que estirar, tienes que estirar, deberías estirar…”¡Y qué razón tienen! Te contamos el porqué…

Los estiramientos son ejercicios suaves, normalmente mantenidos en una posición concreta para poner en tensión una parte específica de nuestro cuerpo. Tienen la importante función de prevenir lesiones y devolver flexibilidad a la musculatura (que por lo general tenemos contraída)

De forma directa busca provocar en el músculo un alargamiento que vaya más allá de su posición “normal”, para que una vez en reposo conserve esa elasticidad ganada. De forma indirecta, nos ayuda a aumentar el rango articular y favorecer el flujo de líquido sinovial (encargado de lubricar las articulaciones).

Además, el hecho de estirar va a favorecer el flujo sanguíneo y por ente al propio músculo; recuerda que un músculo contraído provoca en sí mismo una pobre vascularización, impidiéndole absorber bien sus nutrientes y la oxigenación necesaria, haciéndole más débil y propenso a lesiones.

La práctica de estiramientos también va a lograr que exista un rango de movimiento más amplio y con ello una mayor facilidad para llevar a cabo las acciones solicitadas como subir un escalón, mantener la espalda recta…

Tenemos quizás más interiorizado estirar después de realizar alguna actividad física o deportiva, pero sería conveniente introducirlos en nuestra rutina diaria ya que sin duda nos ayudarán a sentirnos “más sueltos, menos contracturados” (no olvidemos que no paramos de realizar gestos, movimientos y esfuerzos que solicitan constantemente a nuestro sistema muscular)

Para llevarlos a cabo se deben hacer con una buena ejecución, de manera precisa, suave, sin forzar de más el músculo, y por supuesto sin sentir dolor, aunque sí tensión.

¿Sabías que existen diferentes tipos?

Los Estáticos: son los más adecuados para el enfriamiento (después de una actividad física). Se Aprovecha que el músculo está caliente para facilitar el estiramiento. Como su nombre indica se realiza de forma estática manteniendo unas posiciones en un periodo de tiempo determinado.

Los Dinámicos: al contrario de los estáticos con estos vamos a realizar movimientos rítmicos y constantes. Cada vez buscando un poco más de amplitud. Al involucrar mover grupos musculares de forma variable se va a producir un aumento de la temperatura, por lo que son ideales si después vamos a practicar nuestro deporte o actividad física.

Los Balísticos: parecidos a los dinámicos sólo que se hacen a mayor velocidad, mediante rebotes. Ese rebote va a activar el “reflejo del estiramiento”. Aunque en desuso, únicamente atletas y gente muy preparada se les recomienda, por la gran tensión a la que se somete a la articulación.

Los PNF o facilitación propioceptiva neuromuscular: empezaron a usarse en nuestro ámbito de la rehabiltiación. Se basa en contraer el músculo para después estirarlo. Es decir, se busca un estiramiento (estático), y desde esa posición de elongamiento se le aplica una resistencia contraria para que el músculo estirado trabaje en isométrico durante 3 segundos ( se contraiga pero no logre mover la resistencia). Al relajar, inmediatamente después se busca un nuevo rango de movimiento para volver a colocar el músculo en elongación y volver a someterle a una resistencia. Así 3 veces.

Para estirar un determinado músculo o grupo muscular de forma más específica necesitarás conocer que acción realiza y de qué manera podemos llevarle a tensión. Por ejemplo: el pectoral mayor, es adductor y rotador interno de hombro, basta con fijar el brazo en la pared (antebrazo y palma de mano apoyados ya implica una rotación externa) y mi tronco gira separándose de él (una abducción). O el típico estiramiento de Isquiosurales (isquiotibiales): son flexores de rodilla y de cadera. Para estirarlo tendremos que extender toda la pierna.

Tú mismo puedes diseñar tu plan de estiramiento, basándote en los músculos que necesitas mover, o la articulación que notas con algún tipo de molestia. Pero ten en cuenta este resumen:

NO debes sentir dolor.

NO fuerces demasiado una articulación (puedes provocar el efecto contrario, que se produzca una contractura)

EVITA los rebotes (a no ser que seas un súper atleta)

MEJOR de manera suave, mantenida y progresiva.

RESPIRA. Vas a favorecer el estiramiento.  

RECOMENDADO calentar, estirar, aplicar frío en el músculo ( el frío mantiene esa elasticidad por más tiempo), relajar.

ESTIRA después de cada actividad, sea cual sea, y más si estás mucho tiempo en la misma posición.

INTENTA ser constante y hacerlo al menos 3 veces por semana.

IDEAL 20-30 segundos, aunque hay estudios que hablan de 90 segundos para hacerlo más efectivo.

FISIOTERAPIA

HIGIENE POSTURAL

No sólo un gran esfuerzo supone un daño directo en la columna, sino que una serie de malas posturas mantenidas en el tiempo puede provocar una lesión.

Es por ello que la la higiene postural cita un conjunto de normas, consejos y actitudes posturales (tanto estáticas como dinámicas) encaminadas a mantener una alineación de todo el cuerpo, con el fin de evitar posibles lesiones.

El objetivo es aprender principalmente a proteger la espalda, dando a conocer una serie de pautas para llevar a cabo las actividades de la vida cotidiana correctamente.

Podemos recalcar unas RECOMENDACIONES GENERALES como bien se cita en “Promoción y Educación para la Salud” (ofrecida por la Consejería de Salud en la región de Murcia):

  • No permanecer en la misma postura durante periodos prolongados, alternar actividades que requieran estar de pie con otras que impliquen estar sentado o en movimiento
  • Intercalar periodos breves de descanso entre las diferentes actividades
  • Si fuera necesario, modificar adecuadamente el entorno (mobiliario, altura de los objetos, iluminación, etc) buscando la situación más cómoda y segura para la espalda.
  • Planificar con antelación los movimientos o gestos a realizar, evitar las prisas que pueden conllevar mayores riesgos.

Además, os mencionamos unos ejemplos de forma más específica:

Para coger pesos:

Fotos de Pinterest

Si el objeto está en el suelo: es importante que a la hora de realizar el levantamiento antes hayamos flexionado las piernas con la espalda recta para bajar al suelo, de forma que el objeto quede entre medias de las piernas, para poder acomodarnos lo más cerca posible del objeto. Una vez ahí son las PIERNAS la que ejercen toda la fuerza para subir el objeto sujeto con tus brazos.

Ten en cuenta, que si la columna se tiene doblada (y el objeto es pesado o es un gesto repetitivo), a la hora de elevarlo es la COLUMNA quién está realizando el gesto. De esta forma habremos comprometido el disco intervertebral, con lo que eso puede conllevar para la columna (hernias, protusiones, lesiones, musculatura contracturada, etc.)

Si el objeto no está en el suelo y simplemente queremos transportarlo, sólo ten en cuenta pegártelo lo máximo posible al tronco. Es cuestión de física, si lo alejas de tu centro de gravedad, el objeto se vuelve aún más pesado y conlleva un esfuerzo mayor por parte de la musculatura y tu columna.

Si tenemos que colocar el objeto en una estantería o en una zona más alta que la altura del pecho, es mejor subirnos a un altillo y así disminuir la carga. Nunca deberíamos alzarlo elevando los brazos, puesto que el objeto volvería alejarse demasiado de nuestro tronco y nos volveríamos más inestables, siendo más difícil mantener el equilibrio y más propensos a una lesión.

De pie:

Cuando estemos de pie, ya sea planchando, limpiando, fregando platos (y vamos a prever que la actividad se va a prolongar), lo mejor es colocar un altillo para ir alternando el apoyo de las piernas. Acuérdate de separar un poco las piernas para aumentar la base de sustentación y así volvernos más estables.

Por supuesto, es importante cambiar esta postura estática, para eso con ponernos a caminar un poco o sentarnos a descansar son acciones sencillas y eficaces.

Sentados:

Cuando estemos sentados, debemos tratar de mantener la espalda erguida y los pies bien apoyados en el suelo. Lo ideal es que las rodillas queden a la altura de las caderas. Como decíamos antes, interrumpir esta postura de vez en cuando.

Como véis, son pautas sencillas que todos seguro podemos llevar a cabo y tenerlas en cuenta. Seguro que poco a poco se vuelven un hábito.